Adiós.

Lo encontré.

El final de mis nervios, el final de mis tormentos, el final de los miedos de mi comienzo nuevo.

Todo gracias a una persona que me brindó confianza y respuestas en este momento.

Lamento si hoy soy demasiado egoísta a tu gusto, pero lo logré. Logré deshacerme de tu rencor.


Quiero que sepas que nunca te olvidé, no lo voy a hacer, pero que nuestro tiempo pasó y eso hace que estés en un recuerdo.


Fue algo que no esperaba, verme confundida y que mis sentimientos no respondan de la misma manera que lo hacían... Mis sentimientos que ni yo, que me fijo hasta lo que yo misma hago, no puedo controlar.
Por eso me siento libre hoy, tranquila y liviana, porque aunque sabía que no era culpa mía (cosas que pasan, dirían), siempre existía esa pena que me hiciste sentir, ese rencor tuyo que hiciste notar.
Me hubiera gustado que las cosas terminaran de otra manera. No me interesa tu bronca, no la gastes en mí.

Igualmente, más allá de las cosas que descubrí en estos días, gracias, porque como ya dije antes, te tengo en mi  recuerdo, y eso no es poco, porque me llevo el primero, y no el último.
No dudes nunca que te quise mientras lo hice.

Así que espero que me hayas dicho todo lo que tenías que decirme, porque para mí este tema, este temor, queda cerrado... pero fuera de mí.

Fue un gusto. Adiós.